LOS MÉDICIS
Fue una familia de comerciantes. Giovanni fue el primero; un sagaz, astuto y prudente individuo que, al morir, lo sucede Cosme, su hijo, a quien le interesan las artes; crea la primera escuela de arte en occidente y planea reconstruir la malograda cúpula de la Basílica de Florencia, con el arquitecto Brunelleschi.Existían rivalidades con la familia Albizu, que era de rango superior y estaba furiosa con la subida al poder de los Médicis.
En las primeras tres décadas del siglo, hubo una intensa lucha política. Muere Giovanni; Cosme gobierna desde el palacio. Cuanto más poder ejerce, más peligroso se torna. Lo citan al palacio de Gobierno y lo encarcelan; logra pagar un alto rescate por su libertad. Cosme es el banquero papal; logra abrir sucursales de su banco, en el Cairo, Barcelona y Brujas.
Mientras tanto, Brunelleschi está en Roma, estudiando la Gran Cúpula del mundo. Los planes se habían perdido, aunque halló pistas sobre la proporción de la cúpula romana. Ésta se debía sostener con otra igual, interna, sobre el tambor, más anillos de arena de 750 toneladas, que debían rodearla hasta terminarla.
Comienza el trabajo de la cúpula florentina. Brunelleschi descubre la perspectiva lineal. Recordar que el arte del Renacimiento imita la perspectiva de lo tridimensional. Donatello esculpe su David con sombrero, en bronce, con el casco en el suelo y la cabeza de Goliat en su mano. Es un arte sensual, una figurilla estética al lado del espectacular David de Miguel Ángel.En esa misma época, sin andamios, se terminó de construir la Cúpula más bella del Cristianismo. Fue un milagro, la más grande proeza arquitectónica del mundo occidental. Su utilizaron cuatro millones de ladrillos. Afirmaban que tocaba el cielo y proyectaba su sombra sobre la región de laToscana. Cosme invitó a orientales, para que pudieran admirarla. La Basílica sigue siendo admirada a través de los siglos.
Hubo revueltas entre las familias envidiosas; Cosme corría peligro y huyó. Buscó apoyo político. A mitad del S XV regresa a Florencia, con sus hijos Lorenzo y Giovanni. Lorenzo, laico intelectual, se casa con una aristócrata romana, sobrina de un Cardenal, quien le otorga mayor linaje a la familia.Tres generaciones duró el mecenazgo de los Médicis, que impuso el arte y la mitología pagana. Lorenzo se codea con el pueblo; todo talento es protegido, no importan sus vicios o su carácter o su status social.En la Capilla de los Magos, los Médicis son pintados por Botticelli, el pintor predilecto, lleno de fantasía e imaginación. Sus cuadros más célebres son El Nacimiento de Venus y La Consagración de La Primavera.
Los Pazzi -otra de las familias que competía con los Médicis- eran nobles, banqueros de antigua estirpe que planearon matar a ambos hermanos, ese domingo de Pascua en la Basílica. Murió el joven y bellísimo Giovanni, con diez y nueve puñaladas, mientras Lorenzo fue solamente herido; los partidarios de los Médicis estaban furiosos y listos para vengarlos. Lorenzo los tranquilizó, desde su inmenso dolor y adoptó a su sobrino, recién nacido; viajó a Nápoli, buscando un pacto de ayuda con el Pontífice, que cede a desgano.En Florencia, luego de la reconstrucción de la cúpula y del atentado, se lo denominó Lorenzo, el Magnífico.
Savonarola, monje fanático; veía los desnudos del REnacimiento como pecaminosos y como un arte pagano. Impuso, entonces un arte cristiano en esa ciudad. Hizo armar una hoguera, donde los artistas trajeron sus obras para ser quemadas, incluso Botticelli y Miguel Ángel llevaron obras menores. El primero, asustado, se vuelca a pintar obras cristianas, de menor valor, con dejos del Medioevo. Se golpea a las prostitutas, se quema a los sodomitas. En la hoguera pública se quemaron también joyas, pinturas, libros, obras profanas y hasta cosméticos. Pero Savonarola pierde el poder y lo asesinan. En el último tercio del siglo, la mujer de Lorenzo, luego de darle siete hijos, muere de tuberculosis a los treinta y cuatro años; su marido intenta hallar consuelo, creando la primera escuela de Arte de la historia, donando incluso obras privadas de su patrimonio heredado.
Miguel Ángel fue invitado a vivir en el palacio, junto a sus hijos. El joven se interesó desde sus trece años por los temas paganos, creando su primer sátiro. Lorenzo pasó a su lado y le dijo que un sátiro viejo no podía tener toda la dentadura. De inmediato, el joven artista le arrancó un diente con un martillo.
Con el tiempo, el mecenas perdió gran parte del poderío económico familiar; cerró sucursales de su banco en el Cairo y parte de Europa; la familia estuvo otra vez en peligro. Lorenzo enfermó gravemente. Torna su mirada hacia la Iglesia, paga para que su hijo Juan, sea cardenal, junto a su primo, el hijo de su venerado hermano asesinado. Miguel Ángel, sin inmutarse por el caos exterior, en tres años termina el David. Es un bloque de cuatro metros, mal tallado, que Da Vinci y el escultor se peleaban por obtener. El David está esculpido en diagonal. En la primera decena del siglo XVI, fue consagrado como símbolo de la independencia de la familia Médicis. Esta obra fue un encargo para La Catedral de Florencia, pero -cuando lo vieron terminado- lo pusieron en el centro de la ciudad, ya que vieron en el David a Florencia representada,
Los Médicis fueron vencidos en una guerra civil; Miguel Ángel siguió tallando, mientras se quemaban las insignias de éstos en la ciudad y sus herederos escapaban al exilio.
Nueve años más tarde, los primos Médicis, hijos de Lorenzo y de su hermano, llegan a Roma donde el Papa Julio II los ayudó con un ejército para que regresaran una vez más al poder. Miles de soldados junto con los primos entraron en la ciudad florentina, que no opuso resistencia. Los líderes de la República se evadieron, porque no lograron la fidelidad de su ciudad.
El Papa Julio II murió, cuatro meses después de finalizar Miguel Ángel la Capilla Sixtina. Uno de los Médicis fue elegido papa, con el nombre de León X. Amaba beber, cazar y disfrutar del poder.
La familia Médicis le ordena al escultor que construya las tumbas de Lorenzo y Giovanni, en la capilla de la familia. Fue y es una de las joyas del Renacimiento. El escultor representa a Giuliano en fiera actitud, los ojos y el perfil perfectos, vestido con una túnica militar, ajustada al modo romano, más un bastón de general en las rodillas, en una postura similar al Moisés, pero con la cabeza ligeramente inclinada, que le otorga una expresión de dulzura. El pensativo duque Lorenzo, con semblante de sabiduría, medita, cruzadas las piernas de modo admirable. Debajo de cada escultura en un nicho, yacen los sarcófagos con tapas curvas, en donde se apoyan cuatro estatuas alegóricas: el Día, la Noche, el Alba y el Ocaso, señalando el transcurrir del tiempo. Las figuras esculpidas están tan impregnadas de vida propia, que uno queda petrificado de estupor.
León X logra salir indemne de una conspiración y manda matar a sus enemigos. Es un deudor de todos los bancos de Roma.Al estar escaso de dinero, inventa las indulgencias papales. Lutero afirma que es una corrupción; el Papa lo excomulga y nace la Reforma. León muere repentinamente. Su primo es nombrado Papa, como Clemente VII. Se divide la Iglesia entre católicos y protestantes. En Roma durante nueve días y nueve noches queman los edificios, violan y torturan, mientras mantienen prisionero al Pontífice, en su residencia de verano. El "Sacco di Roma", en tiempos de Carlos V, fue una masacre sangrienta en gran escala, un período oscuro del Renacimiento.
Luego de ocho meses en cautiverio, el Papa se escapa -fundiendo el oro y quitando las piedras preciosas de las joyas del papado- y se dirige con un ejército a Florencia, aunque renuncia a la invasión, porque le anuncian que matarán a Catalina de Médicis, “su perla adorada". Dos años más tarde, a los 14 años, la casa con Enrique II, hijo de Francisco I, rey de Francia. El Pontífice la adoraba; era la única Médicis que quedaba viva. Fue Regente de Francia durante muchos años, madre de cuatro hijos y dos hijas.
Ya muy enfermo, el Papa llama a Miguel Ángel y le ordena pintar el Juicio Final, un fresco colosal, detrás del altar, en la Capilla Sixtina; el fresco representa la opresión, el dolor, la desdicha y el castigo, de manera manierista. Con su Cristo en el cielo, juzgando a los muertos, que van recuperando su osamenta física, es la más curiosa composición pictórica; tenemos trescientas catorce figuras. EL Pontífice no alcanzó a verlo terminado. Finaliza aquí el papado de los dos Médicis.
El David de Miguel Ángel perdió un brazo en una de las tantas revueltas, pero Vasari lo recogió y lo ocultó hasta poder repararlo.
Un hijo natural de un Papa Médicis, Cosme, de diez y siete años, sin educación humanista, es llamado a Florencia, como el futuro salvador. Luego de años de caos, la ciudad está en calma. Miguel Ángel vivía en Roma y no volvió nunca a su ciudad amada, pese a los reiterados órdenes y pedidos florentinos.
Los Médicis eran odiados. Cosme creía poder gobernarlos; era joven, adolescente, inseguro; no era ni noble ni legítimo, pero se casó con la hija del virrey de Nápoles, superior en rango, que le aportó una dote y un ejército. Cosme se transformó en un guerrero y un político, avasallando toda la Toscana. Le pidió a Vasari que demostrara -a través del arte- las hazañas heroicas de los Médicis, aunque nunca fue comparable a la pintura que dominó en épocas de Lorenzo el Magnífico. Fue un arte mediocre, sin ninguna trascendencia, con el fin de pintar épicas guerrillas familiares; son frescos vulgares con rostros sonrientes. A su mujer le pareció poco el palacio Vecchio y con su dinero compró otro palacio. El antiguo quedó como sede del gobierno.
La iglesia creó la Inquisición: fue un crimen de lesa humanidad, donde miles de individuos fueron quemados. Hubo también una lista de libros prohibidos: entre ellos figuraba San Agustín y Erasmo. Cosme, para quedar bien con el Pontífice, quemó públicamente algunos libros. El Papa lo nombró Cosme I, y éste terminó controlando Italia central, desde el Adriático hasta el Tirreno.
lunes, 4 de junio de 2012
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