Maud me dijo que aprenderé a hacer acuarelas en poco tiempo y que ofrece la oportunidad de expresar el espacio y el cielo, de modo que la figura se encuentre en la atmósfera viva; es preciso emplear colores transparentes para pintar las manos y los rostros.
Se consagra a estudiar las proporciones y la perspectiva varias semanas.
Sorrow,
Se ve el hombro, el cuello y la espalda. Y no presté más atención al rostro.
Raíces Quise expresar un reflejo de la lucha por la vida como en esas
negras y ásperas raíces nudosas.
La
carbonilla es mejor aunque pierde la frescura, si se insiste demasiado; hay que
fijarla en el momento con el fin de conservar su fineza. Se obtienen resultados
notables con una carbonilla mojada antes en aceite, pues funciona como fijador
y el negro se torna más cálido e intenso.
En los grandes estudios no hago empastes, preparo la tela con
especies de aguadas y aguarrás y luego procedo por pinceladas o rayas
coloreadas y espaciadas. Da aire y se
gasta menos color.
Dibujar con palabras también es un arte.
No pretendo expresar en mis
paisajes una melancolía sentimental sino un dolor trágico. Descubro
temas de cuadros en la casita más pobre,
en un rincón lleno de mugre.
El negro absoluto no
existe pero entra en la composición
de casi todos los otros colores como el blanco y la gama infinita de los
grises, que se distinguen por el matiz y la intensidad. No hay más que tres colores fundamentales: el rojo, el amarillo y el azul. El naranja, el verde y
el violeta son colores compuestos. De estos colores derivan –si se les agrega
negro y un poco de blanco- la variedad infinita
del gris. Rojo gris, amarillo gris, violeta gris. Es imposible mencionar el
número y la gama de verdes grises diferentes. Toda la química de los colores no
es más complicada que esos simples colores fundamentales. Se puede obtener
setenta matices con ayuda de los tres colores fundamentales, agregando blanco y
negro. Es colorista aquel que
observado un cuadro, un color en la Naturaleza sabe
analizarlo y dice: es verde gris, es amarillo con negro y muy poco de azul,
etc.
(…) La mezcla de los colores se reduce a eso.
El retrato del médico homeópata, que fue el
último en tratarlo: en la cabeza le puso
una gorra blanca, lo pintó con un traje azul y el fondo de un azul cobalto;
tiene un libro amarillo y una planta digital con flores púrpuras
(…) Estos días trabajé con tinta de imprenta que se diluye en
aguarrás y se extiende con un pincel, lo que da profundos matices de negro.
Cuando se mezcla con blanco de China se obtiene bellos matices
grises. Agregando más o menos
aguarrás, se pueden obtener aguadas muy
claras.
Comencé un dibujo usando carbonilla, luego lo retoqué
con pincel con tinta de imprenta que lo
transformó en bastante vigoroso
Los cosechadores
de papas y
en un viejo y el Sembrador.
Su obsesión es llegar a pintar como
Millet.
Manet es el hombre que abre un nuevo porvenir en la concepción
moderna del arte; a mi juicio, el pintor moderno que abre un horizonte es Millet.
Ayer dibujé raíces putrefactas, hundidas hace más de un siglo y
troncos de turba; las raíces están hundidas en el barro negro de un charco.
Ofrecían un espectáculo melancólico y dramático.
La tierra negra; el cielo de ese blanco lila delicado.
En principio se tiene que un color oscuro puede parecer verse claro. Todo es cuestión de tono, lo
mismo un gris rojo, relativamente poco rojo, parecerá más o menos rojo según
los colores junto a los cuales se
encuentra. Y lo mismo con el azul y con el amarillo. Una pizca de amarillo a un
color para hacerlo parecer muy amarillo si se lo coloca cerca de un tono
violeta o lila. Recurriendo a una
liviana veladura de ocre rojo sobre un color rojizo y eso da el efecto del sol
sobre los techos rojos. Tono y color
no es lo mismo. Comenzar a pintar en una escala de tonos menores y dar valores
relativamente claros con tonos grises. En suma: expresar la luz por oposición a
los tonos oscuros.
El bistré el
betún bien empleados dan coloridos generosos y son distinguidos. Poseen
cualidades notables. Esos tonos se debe saber usarlos, deben emplearse de otro
modo; no saldrán bien el primer día. Hace un año que comencé a usarlos para
interiores.
¿Sabes qué es un tono entero, un tono quebrado? Por ejemplo el
naranja quebrado por azul o al revés, el naranja yuxtapuesto al azul, el amarillo al lila como el rojo al verde.
Las leyes del color son magníficas: no son un
producto al azar.
el índigo mezclado con la
tierra de Siena, el azul de Prusia con la tierra de Siena quemada, producen
tonos muchos más profundo que el negro puro.
No hay negro en la naturaleza. Hay un componente de azul, de rojo
y de amarillo en el negro, éste se torna gris, rojo oscuro, gris amarillo, gris
azul.
En Velázquez las sombras
y los semitonos la mayoría de las veces consisten en grises fríos, incoloros
cuyos componentes son el negro y un poco
de blanco,
Un color pobre, al lado
de un vigoroso rojo pardo o de un azul oscuro o de un verde oliva, bien podría
expresar el verde bien fresco, bien tierno, como una pradera o un trigal no maduro.
Los trigales casi maduros tienen un color rubio dorado, un poco
oscuro bermejo o de un bronce dorado. Esto produce un efecto que es llevado la
máximo por oposición con el tono cobalto quebrado del cielo.
El efecto reside en la analogía entre el tono índigo quebrado y el
tono cobalto quebrado, , el naranja y el bermejo
bronceado del trigo. El otoño es el contraste de las hojas amarillas y los
tonos violetas. El invierno, la nieve, las siluetas negras.
A mi parecer los matices, el
claroscuro, la perspectiva, el tono y el dibujo todo está regido por leyes
precisa
Impresionismo en
Holanda se desconocía.
Es preciso
mirar muy atentamente la naturaleza; los pintores deben tener su base en la realidad
Sigo en mi búsqueda del azul. Aquí los campesinos están casi
siempre vestidos del azul más lindo que haya visto; es una tela ruda que ellos
tejen y cuya urdimbre es negra y la trama azul, lo que da un tejido a rayas negro y azul, un poco ajado y descolorido por la lluvia y el
viento lo que termina siendo un azul calmo, delicado que resalta con el color
de la piel; suficiente azul en oposición
a elementos naranjas y lo bastante descolorido,. Casi monocromo, cuyos
tonos sólo difieren en intensidad y en valor. Estudiar cada color en
relación a su antítesis, antes de poder estar
seguro de alcanzar la armonía.
Los trigales maduros exaltan los matices de azul oscuro y claro,
lo hacen cantar debido a la oposición en los tonos dorados o el marrón carmesí.
LOS CAMPESINOS COMIENDO
PAPAS
Iluminó el hambre: lo había pintado cinco años
atrás. Por eso vimos dos, la última es la más lograda.
El cuadro tiene vida. Los efectos de luz interior me exigen
trabajar rápido. La claridad de su lámpara donde comen sus papas sacándolas del
mismo plato con las manos, Tiene un aspecto rudo y grosero; fueron elegidos con
cuidado a ciertas reglas; es una verdadera pintura de campesinos. El mejor
resultado fue pintarlos en su rudeza. Este cuadro tiene un lustre convencional.
Si huele a tocino, humo, vapor que sube de las papas, ¡tanto mejor! No es
malsano. Si un establo huele a estiércol, es bueno, debe oler a eso. Si un campo exhala el olor del trigo
maduro, de las papas, del abono, es sano. Un cuadro de campesino no debe oler a
perfume. Es un cuadro oscuro, con fondo negro el blanco no fue empleado ni una
sola vez, sino el color neutro que se forma, mezclado el granate, el azul y el amarillo y da un
tono de un gris rancio, que parece blanco. P-ara modificar los ocres no
transparentes los quiebra con un azul transparente.
Prefiero
los ojos humanos a las catedrales, por más imponentes que sean; el alma humana y hasta los ojos de un
miserable mendigo o una mujer de la calle
tienen más interés.
Pintar
gasta a un hombre.
El cuerpo
humano en acción, arrancando zanahorias
en la nieve ¿lo has visto alguna vez? Pintarlos en acción no lo hicieron ni los
griegos, ni el Renacimiento ni la vieja escuela holandesa.
Dile a
Serret que estaría desesperado si mis retratos fueran buenos; no los quiero
académicamente correctos.
Millet y
Miguel Ángel son verdaderos pintores, no pintan las cosas como son sino tal
como las sienten
Mi gran deseo es aprender a pintar inexactitudes, esas
anomalías, esas reconstrucciones, esas modificaciones de la realidad, para que
todo pueda convertirse en mentiras más verdaderas que la verdad literal no está
al servicio del pincel sino su pincel al servicio del espíritu.
Los pintores originales son un Millet, un Corot, un Vermeer, un Hals.
Cuando Delacroix pinta es como un león devorando su comida.
En materia
de paisajes, qué sinfonía de colores. Por
largo tiempo acaparado por las leyes de los colores uno busca la luz, Delacroix
definió el contenido y sus relaciones recíprocas.
A los negros y los
blancos, Delacroix llamaba descansos y
los usaban de ese modo. Ambos tienen su sentido. Velázquez tiene 27 negros,
Pienso en Renoir y sus dibujos claros, en el magnífico jardín de
rosas: qué verde y qué azul, típicos de Niza.
Pintó al final una joven
vestida de azul, con fondo azul cobalto.
El cobalto es un color divino, nada más bello para crear espacio
alrededor de los objetos. El carmín es el color rojo ingenioso como el vino.
Igualmente el verde esmeralda; no usar esos colores no es una economía. Lo
mismo para el cadmio. Las veladuras son las más ínfima parcela de color;
El pequeño peral tiene un tronco violeta y flores blancas, una
gran mariposa amarilla sobre una de las copas. En un rincón, un pequeño jardín
con cañas ocres y arbustos verdes y un macizo de flores.
Cuanto más finamente molido es un color, más saturado de aceite
está.
Uso el color más arbitrario para expresar mi fuerza.
Exagero la cosecha en pleno sol del mediodía. Por lo mismo los naranjas
fulgurantes como hierro al rojo, por lo mismo los tonos de viejo oro luminoso
en las tinieblas.
Subir o bajar tonos; por ejemplo, pinto un nuevo huerto damasco de un rosa muy pálido.
Necesito una noche estrellada con cipreses,
encima de un trigal maduro. Un campo florecido de amarillo y violeta
Un musgo blanco y gris de un tinte barroso que
parecía más claro.
En sesenta días pinta
alrededor de setenta lienzos, habiendo superado varias crisis que lo dejan
semanas sin pintar.
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